miércoles, 3 de junio de 2009

Todo sobre ahorro de energía

Eficiencia energética es la relación entre la cantidad de energía consumida y los productos y servicios finales obtenidos. Se puede optimizar mediante la implementación de diversas medidas e inversiones a nivel tecnológico, de gestión y de hábitos culturales en la comunidad.

Los individuos y las organizaciones que son consumidores directos de la energía pueden desear ahorrar energía para reducir costos energéticos y promover sostenibilidad económica, política y ambiental. Los usuarios industriales y comerciales pueden desear aumentar eficacia y maximizar así su beneficio. Entre las preocupaciones actuales está el ahorro de energía y el efecto medioambiental de la generación de energía eléctrica.

Union Europea

Un plan activo de ahorro de energía es el que se ha implantado en la Unión Europea en el sector de la vivienda y de los servicios, compuesto en su mayoría por edificios, los cuales absorben más del 40 % del consumo final de energía en la Comunidad y se encuentra en fase de expansión, tendencia que previsiblemente hará aumentar el consumo de energía y, por lo tanto, las emisiones de dióxido de carbono. Esta normativa es similar a la etiqueta energética de los electrodomésticos. La idea es construir edificios bioclimáticos encargados de aprovechar la energía del entorno.

Industrias

La industria es uno de los sectores de la sociedad más necesitados del ahorro de energía, ya que su logro supone una mayor competitividad, son grandes consumidoras de electricidad, por ejemplo, cementeras, metalúrigicas, cerámicas, etc. aplican en sus procesos de producción diversas estrategias de producción y tecnologías para reducir al máximo el consumo de electricidad.Esta práctica en busca de conseguir la mayor eficiencia energética conlleva un aumento del capital financiero, ambiental, seguridad nacional, seguridad personal y confort humano.

Ahorro doméstico de energía

La operación diaria habitual que se hace en la vivienda puede conllevar a un ahorro considerable de energía si se cambian las actitudes y se es consciente del consumo real y del necesitado. En la mayoría de los casos basta con la elección de un electrodoméstico de bajo consumo, o de una racionalización del consumo de la calefacción, del aire acondicionado y del agua caliente.

Los electrodomésticos tienen mucha importancia en el ahorro de energía doméstico. En la Unión Europea la mayoría de ellos tiene un etiquetado especial denominado etiqueta energética que indica su eficiencia en el consumo y lo respetuoso que es un aparato con el medio ambiente. No todos los electrodomésticos poseen la etiqueta, sólo aquellos que consumen mucho o que pasan encendidos gran parte de su vida útil y son: frigoríficos y congeladores, lavadoras, lavavajillas, secadoras, lavadoras-secadoras, fuentes de luz domésticas, horno eléctrico, y aire acondicionado.

La normativa europea expresa la eficiencia energética de los electrodomésticos en una escala de 7 clases de eficiencia, y se identifican mediante un código de color y letras que van desde el verde y la letra A, para los equipos con mayor eficiencia, hasta el color rojo y la letra G para los equipos de menor eficiencia. Un electrodoméstico de clase A puede llegar a consumir un 55% menos que el mismo en una clase media, la elección de un electrodoméstico con esta información puede suponer un ahorro económico.

Climatización con aire acondicionado

El mantenimiento de una temperatura adecuada en la vivienda es uno de los factores que más consumo y derroche de electricidad supone si no se toman las medidas adecuadas, como por ejemplo tener bien aisladas del exterior las habitaciones con cristales de aislamiento térmico, toldos y persianas, tener una temperatura en la vivienda u oficina que no sea inferior a 25 ºC en verano o superior a 20 ºC en invierno. Desconectar el climatizador cuando no haya nadie en la zona climatizada. Ventilar la casa cuando la diferencia de temperatura con el exterior sea menor, es decir a primeras horas de la mañana en verano y al mediodía en invierno.

Iluminación

El empleo de bombillas de bajo consumo supone un ahorro de hasta un 80% respecto a las convencionales.

Utilizar bombillas de bajo consumo en aquellas dependencias de la vivienda que tengan que permanecer mucho tiempo encendidas. Siempre que sea posible, aprovechar la iluminación natural. Usar la luz solo cuando se necesite. No dejar luces encendidas en habitaciones que no se estén utilizando. Las lámparas halógenas consumen mucha más energía que otros tipos de bombillas y disipan más calor. Los tubos fluorescentes duran hasta 10 veces más que las bombillas tradicionales y son muy eficientes energéticamente, si se va a tener una lámpara fluorescente apagada menos de 20 minutos, es mejor dejarla encendida. Si se tiene iluminación exterior en un jardín, controlar su funcionamiento mediante un programador o interruptor crepuscular.

Cocina

Usar siempre cacerolas y sartenes de diámetro algo mayor que la placa o zona de cocción y tapar siempre las cacerolas porque la cocción es más rápida. Utilizar recetas de cocina que no gasten mucha energía. Utilizar baterías de cocina con fondo difusor de calor. Utilizar siempre que se pueda ollas a presión porque consumen menos energía y ahorran mucho tiempo. Aprovechar el calor residual en las vitrocerámicas. Una vez hirviendo, reducir al mínimo, pues una ebullición vívida no implica una mayor temperatura y, por tanto, no acorta el tiempo de cocción.

Frigorífico y congelador

El frigorífico es el electrodoméstico de los hogares que consume más electricidad, haciendo un uso racional del mismo se consigue un buen ahorro.

Regular la temperatura del aparato según las instrucciones del fabricante (un grado centígrado más de frío supone un aumento del 5% en el consumo de energía). Instalar estos electrodomésticos lo más lejos posible de los focos de calor (sol, horno, etc.). No introducir alimentos calientes en el frigorífico o en el congelador: dejándolos enfriar fuera, se ahorra energía. Mantener las puertas abiertas el menor tiempo posible y comprobar que cierran correctamente. Cuando se compre un frigorífico o un congelador nuevo elegir un modelo "eficiente" y ecológico porque consumen menos energía que los convencionales.

Calefacción

Procurar que en la vivienda entre en invierno la mayor cantidad de sol posible; para ello es necesario subir las persianas los días soleados. El sol proporciona al hogar luz y calor gratis. Al anochecer cerrar las cortinas y bajar las persianas, porque reducirá la pérdida de calor. Si se cambian las ventanas durante una remodelación de la vivienda es aconsejable que las ventanas nuevas sean de doble acristalamiento. Instalando juntas o burletes en puertas y ventanas se podrán reducir las fugas de calefacción en un 10%, una vivienda bien aislada puede ahorrar hasta un 30% en gastos de calefacción (y hasta un 50% en viviendas unifamiliares). Para ventilar completamente una habitación 10 minutos son suficientes. Una temperatura de 20º en invierno resulta muy confortable. Por cada grado que se suba este nivel, gastarás innecesariamente un 10% más de energía. Utilizando la calefacción eléctrica, tendrás un control estricto de la temperatura de cada habitación. Utilizando equipos acumuladores de calor y contratando la tarifa nocturna se puede ahorrar más del 50% en el coste de calefacción.

Agua caliente

El termo de agua caliente debe instalarse dentro de la vivienda, tan cerca de los puntos de uso como sea posible (cocina, cuarto de baño), si se utiliza la ducha en vez de la bañera se consume prácticamente la cuarta parte de agua y energía. Instalando una válvula mezcladora en la salida del termo, obtendrás el agua caliente a una temperatura constante, esto es, más comodidad y menos consumo. Si se regula el termo por encima de los 60ºC, reduce su duración y malgasta energía. Utilizando termos acumuladores de agua caliente y contratando la tarifa nocturna, se puede ahorrar más del 50% en el coste de agua caliente. Respecto del agua caliente puede emplearse también como ayuda la energía solar térmica, mediante uso de sistemas de almacenamiento de energía que retengan el calor para que el agua caliente esté disponible la mayor parte de tiempo posible.

Horno

Procurar que la puerta de los hornos cierre bien durante su funcionamiento y no abrirlo innecesariamente porque cada vez que se abre se puede perder hasta un 20% del calor acumulado. Utiliza el reloj programador avisador del tiempo de funcionamiento deseado porque es un modo muy efectivo de controlar el consumo de energía. Los hornos microondas consiguen un gran ahorro de tiempo y energía respecto a los hornos y placas convencionales y son más limpios. Los hornos microondas no deben usarse con recipientes metálicos.

Lavadora y secadora

Siempre que se pueda hay que usar programas de lavado a temperaturas lo más baja posibles, muchos detergentes son eficaces con lavados en frio. Una colada a 60ºC en lugar de 90ºC reduce el gasto energético a casi la mitad. Utilizar al máximo la capacidad de tu lavadora (o secadora) con dicha práctica se reduce mucho el consumo de agua, detergente y energía, además se alarga de forma considerable la vida del electrodoméstico. Si se compra una lavadora nueva, elegirla con centrifugado de alta velocidad. La ropa saldrá escurrida y reducirás el tiempo de uso de la secadora. Un centrifugado de la lavadora a 1.200 revoluciones, en vez de a 700, reduce el consumo de la secadora en un 20%. Aún así, de ser posible, es recomendable no usar secadora, sino extender la ropa para que se seque.

Lavavajillas

Aprovechar al máximo la capacidad del lavavajillas y selecciona el programa adecuado. Si no está lleno, se puede realizar un prelavado con agua fría ya que facilita el lavado posterior. Tener cuidado al colocar los utensilios ya que el agua debe circular entre ellos con facilidad. Usa los niveles de sal y abrillantador recomendados.

Evitar el modo stand-by

Es conveniente apagar por completo los equipos eléctricos que no vayan a utilizarse ya que se calcula que el modo stand-by supone un 5-10% del consumo total, que podemos considerar del todo superfluo. En el caso de los equipos que no cuentan con botón de apagado, puede resultar útil utilizar regletas que sí lo tengan.

El ahorro en el transporte

El sector del transporte es muy importante el ahorro de combustible mediante el aumento de la eficiencia de consumo de los vehículos y una adecuada gestión del combustible, mediante rutas más cortas, adecuado mantenimiento de la flota, conducción eficiente,etc. La reducción de costes de combustible aumenta los beneficios.

Ahorro de energía en edificios

El diseño de edificios debe considerar los aspectos de ahorro de energía, por ejemplo poniendo ventanales amplios mirando al sur (en el hemisferio norte y en latitudes medias y altas) para que los días de invierno la radiación solar caliente los recintos; aplicando un aislante térmico a las superficies del edificio, especialmente aquellas que componen la envolvente térmica del edificio (cubiertas, fachadas, forjados, etc.), para disminuir las fugas de calor; o instalando paneles solares que aumenten la independencia de la energía eléctrica.

En la Unión Europea existe una normativa aplicable a los edificios similar a la etiqueta energética de los electrodomésticos. La idea es construir edificios bioclimáticos encargados de aprovechar la energía del entorno.

Cuestiones acerca del ahorro de energía

Desde los inicios de la Revolución industrial en el siglo XVIII se ha debatido mucho acerca del ahorro de la energía. El pensador William Stanley Jevons publicó en 1865 un libro titulado The Coal Question (La cuestión del carbón). En él enunció la Paradoja de Jevons: «aumentar la eficiencia disminuye el consumo instantáneo, pero incrementa el uso del modelo lo que provoca un incremento del consumo global». Una paradoja análoga a esta es la Paradoja del ahorro.


¿Cómo ahorrar energía?

Ahorrar energía no es sólo ayudar a mejorar y proteger el medio ambiente también ahorrando energía ayudamos a mejorar nuestra economía doméstica. En este artículo nos explican como ahorrar energía llevando a la práctica algunos trucos muy sencillos.


Ahorrar energía es el camino más eficaz para reducir las emisiones contaminantes de CO2 (dióxido de carbono) a la atmósfera, y por tanto detener el calentamiento global del planeta y el cambio climático. Es también el camino más sencillo y rápido para lograrlo. Por cada kilovatio /hora de electricidad que ahorremos, evitaremos la emisión de aproximadamente un kilogramo de CO2 en la central térmica donde se quema carbón o petróleo para producir esa electricidad.

Además, ahorrar energía tiene otras ventajas adicionales para el medio ambiente, pues con ello evitamos; lluvias ácidas, mareas negras, contaminación del aire, residuos radiactivos, riesgo de accidentes nucleares, proliferación de armas atómicas, destrucción de bosques, devastación de parajes naturales, desertificación.

Pero esas ventajas también alcanzan a nuestros bolsillos: cada kilovatio-hora le cuesta al consumidor más de 17 pesetas (en 1993), de forma que cambiar de hábitos o sustituir los aparatos por otros menos despilfarradores nos ahorra dinero; en algunos casos la alternativa que proponemos puede parecer más cara, pero lo que nos gastemos al principio lo recuperamos de manera más o menos rápida, pues habremos reducido el gasto en energía (factura de la luz, etc.). Una vez amortizado, comenzamos a ahorrar dinero (lo que dejamos de gastar en energía).

Todas estas ventajas se traducen por sí mismas en una mejor calidad de vida, más aún si consumir menos energía va unido a la mejora de los servicios que ésta nos proporciona (luz, calor, movimiento...), es decir, se trata de mejorar la eficiencia energética.

Así pondremos freno a la actual situación de despilfarro energético: en muchas ocasiones consumimos demasiada energía, que no necesitamos, recibiendo poco o ningún servicio y, a veces, un mal servicio e incluso perjuicios.

Ahorrar energía es también un deber de solidaridad, si tenemos en cuenta que cada habitante de los países desarrollados consume, por término medio, la misma energía que 16 ciudadanos del Tercer Mundo, y que los europeos occidentales somos responsables de la emisión de seis veces más cantidad de CO2 que los africanos.

Cuanta energía puedes ahorrar

  • Bombilla fluorescente compacta (de bajo consumo), 80%.
  • Lavadora en frío, 80 - 92%.
  • Lavadora de bajo consumo energético, 40 - 70%.
  • Frigorífico de bajo consumo energético, 45 - 80%.
  • Calefacción en casa bien aislada, 50 - 90%.
  • Calefacción de gas en vez de eléctrica, 53 - 80%.
  • Bomba de calor en vez de calefacción eléctrica, 50%.
  • Cocina de gas en vez de eléctrica, 73%.
  • Horno a gas en vez de eléctrico, 60 - 70%.
  • Tender en vez de secadora, 100%.
  • Lavavajillas con toma de agua caliente, 68%.
  • Lavavajillas en frío, 75%.
  • Usar papel reciclado en vez de papel virgen, 50%.
  • Reciclar el aluminio, 90%.
  • Compartir el coche con dos, tres o cuatro personas, 50 - 66 - 75%.
  • Usar el autobús en vez del coche, 80%.
  • Caminar o ir en bicicleta en vez de en coche, 100%.
  • Coche de bajo consumo, 16 - 25%.
  • Conducir a 90 Km/h en vez de a 110 Km/h, 25%.
  • Coche pequeño en vez de grande, 44%.
  • Tapar las cacerolas al cocinar y ajustar el tamaño de la llama, 20%.
  • Permitir la ventilación de las rejillas de la nevera, 15%.
  • Subir un grado la temperatura del termostato de la nevera, 5%.
  • Tostador de pan en vez de horno, 65 - 75%.
  • Calentador de agua a gas, o solar con apoyo eléctrico, en vez de solamente eléctrico, 60 - 70%.
  • Calentador de agua solar, con apoyo a gas, en vez de calentador a gas, 60%.
  • Calentador de agua solar, con apoyo a gas, en vez de calentador eléctrico, 85%.
  • Ventilador de techo en vez de aire acondicionado, 98%.
  • Aire acondicionado evaporativo en vez de refrigerativo, 90%.
  • Necesidades de calor /frío tras cerrar pequeños escapes de aire en el techo /paredes, 20 - 25%.
  • Necesidades de calor /frío tras aislar el techo, 20 - 25%.
  • Cambiar el filtro de aire del coche, 20%.
  • Neumáticos bien inflados, 10%.